domingo, 15 de febrero de 2009

La medicina dominicana en acción: La clínica rural Los Cacaos


Aun para la gente que vive fuera de la ciudad, cuando se siente enferma, existe la opción de ir a hablar con un médico. En las regiones rurales en las montañas de la República Dominicana hay clínicas apoyadas por el gobierno, la clínica Los Cacaos es una de ellas.


Una cerca alta rodea el edificio y es contenido por dos verjas grandes con una cadena grande y una cerradura, los cuales lo protegen durante la noche. Enfrente de la puerta del edificio hay algunas plantas y flores tropicales que añaden algo de alegría al aspecto sombrío de la clínica. El edificio en sí está hecho de bloques de concreto y es gris y azul con una raya verde en el medio; en letras mayúsculas lleva el título CLINICA RURAL LOS CACAOS.


Cuando se entra en la clínica, a la derecha, hay seis bancos de metal con pintura desconchada de color blanco. Las paredes son de los mismos colores que el exterior y la única diferencia es que hay pizarras con algunos carteles proveídos por el gobierno para educar a la gente. Los pacientes tienen que esperar en esta parte de la clínica para tener una consulta. En la sala de la doctora hay un escritorio viejo donde se sienta para hablar con los pacientes. También hay dos gabinetes grandes: uno que contiene la medicina para gente con seguro y otro con la medicina para gente sin seguro. A un lado del cuarto hay una cama que sirve para exámenes. Está cubierta con una sábana manchada. Al otro lado hay una balanza. Para sentarse hay algunas sillas metálicas plegables. La clínica parece no tener vida y todas las superficies duras y de metal crean un efecto de eco cuando se habla.


Después de esperar minutos, horas o posiblemente hasta medio día, porque la gente no puede hacer una cita para tener una consulta con la doctora de antemano, el paciente entra al cuarto de la doctora y se sienta en una de las sillas que están enfrente del escritorio. La doctora lleva vaqueros ceñidos y una camisa de ropa hospitalaria con ositos de peluche en colores pasteles. Se queda sentada y escribe el resto de la información de la consulta anterior en su libro. Cuando termina de escribir, sin mirar al paciente, la doctora le pregunta, “¿Cuál es tu nombre? ¿De dónde eres? ¿Cuántos años tienes? ¿Tienes seguro?”. Escribe la información en un libro grueso lleno de páginas con líneas para grabar el nombre, el pueblo natal, la edad, el número de seguridad social, el diagnóstico y los medicamentos dados. Para la gente con seguridad social, levanta los ojos para ver su tarjeta y anotar el número.


Después de obtener esta información la doctora le pregunta, “¿Qué te pasó?”. El paciente describe sus síntomas en una manera general. Por la mayoría de los casos las quejas son las mismas: fiebre, dolor de la garganta, fatiga y una tos. La doctora escribe las letras IR en el espacio para el diagnóstico, lo que significa infección respiratoria. Sin un examen físico, ella le da acetaminofén y ordena verbalmente que lo tome cada seis horas. También le da un orden escrito en un bloc de notas para una prueba de sangre en el hospital regional si los síntomas no mejoran en una semana. La prueba de sangre es para el dengue, una enfermedad endémica sin vacunación transmitida por mosquitos. Anota el medicamento en su libro, lo toma del gabinete apropiado, y termina la consulta.


No importa ni el historial médico ni los datos claves como la presión sanguínea, el peso y la temperatura. La mayoría de la gente enferma nunca va al hospital para tener la prueba de sangre. Hay otros medicamentos que son recetados a la gente a veces, como antiparásitos e IB Profuen, pero los diagnósticos son sencillos y parece que a la doctora no le preocupan las enfermedades graves que son comunes en el país. Las notas para pruebas de sangre y otras visitas al hospital regional representan su intento poco entusiasta de tratar la multitud de otras enfermedades que tienen síntomas parecidos a los de la gripe, pero no hay más investigación. La doctora no elige trabajar en la clínica; es un requisito del gobierno. Después de llenar la línea la próxima consulta comienza en la misma manera como todas y los pacientes siguen llegando hasta que ella se va al mediodía.